El Congreso peruano destituyó por unanimidad a Dina Boluarte tras un extenso debate y la ausencia de la mandataria en la sesión. En su lugar asumió el presidente del Parlamento, José Jerí, quien encabezará el país hasta las elecciones previstas para abril de 2026.

Dina Boluarte la destitución que sacudió al Congreso de Perú

Dina Boluarte

Dina Boluarte y el fin de su presidencia en Perú

El Congreso de la República del Perú aprobó en la madrugada del viernes la destitución de Dina Boluarte como presidenta del país, en una sesión que se extendió durante toda la jornada y concluyó con una votación unánime.

La mandataria había sido citada por el Parlamento para ejercer su defensa antes de la votación, pero decidió no presentarse al considerar que el proceso era “inconstitucional”. En su nombre habló su abogado, Juan Carlos Portugal, quien afirmó que el procedimiento era “violatorio de cualquier principio jurídico” y que el equipo legal no convalidaría la sesión.

“Es sencillamente violatorio a cualquier procedimiento. ¡No lo convalidaremos!”, expresó Portugal antes del inicio de la votación.

Tras esperar veinte minutos y constatar la ausencia de Dina Boluarte, los congresistas decidieron proceder con la moción de vacancia presidencial. El resultado fue contundente: 118 votos a favor, ninguno en contra y sin abstenciones. La unanimidad reflejó la pérdida total de respaldo político de la mandataria, que había enfrentado fuertes cuestionamientos desde su asunción en diciembre de 2022.

La decisión fue celebrada con aplausos en el hemiciclo, mientras desde los alrededores del Congreso se escuchaban manifestaciones a favor y en contra de la medida.

La sucesión constitucional

Con la vacancia aprobada, el presidente del Congreso, José Jerí, juró como nuevo jefe de Estado en una ceremonia inmediata dentro del recinto legislativo. La sucesión se dio conforme al artículo 115 de la Constitución peruana, que establece que el titular del Parlamento asume la presidencia cuando el cargo queda vacante.

“Debemos declararle la guerra al crimen. Los enemigos son las bandas criminales en las calles”, expresó Jerí al colocarse la banda presidencial, prometiendo liderar un gobierno de reconciliación nacional.

El nuevo mandatario ejercerá el cargo hasta las próximas elecciones generales, previstas para abril de 2026, y el traspaso de mando se realizará el 28 de julio de ese año.

Las razones detrás de la destitución

La moción de vacancia contra Dina Boluarte había sido presentada por varios bloques parlamentarios tras una serie de denuncias que involucraban presuntas irregularidades administrativas y decisiones controvertidas en materia de derechos humanos durante su gestión.

Aunque la mandataria había defendido su administración alegando que su Gobierno enfrentó una fuerte oposición política y social desde el inicio, la falta de apoyo del Congreso terminó sellando su salida.

Dina Boluarte había asumido la presidencia en diciembre de 2022 tras la destitución de Pedro Castillo, de quien era vicepresidenta, y se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo en la historia del país. Su gestión estuvo marcada por protestas sociales, enfrentamientos con sectores sindicales y una crisis institucional prolongada.

Reacciones y escenario político

Analistas locales consideran que la destitución de Dina Boluarte abre una nueva etapa de incertidumbre política en Perú, un país que ha atravesado seis cambios presidenciales en menos de una década.

Desde el entorno de la expresidenta se adelantó que se evaluará la presentación de un recurso ante el Tribunal Constitucional para impugnar el proceso legislativo. Sin embargo, las probabilidades de reversión son bajas, dado el amplio consenso parlamentario que acompañó la medida.

Organismos internacionales y gobiernos de la región siguieron de cerca la crisis política peruana. Fuentes diplomáticas en Lima señalaron que, por ahora, Estados Unidos y la OEA llaman a respetar el marco constitucional y garantizar la continuidad institucional.

Mientras tanto, el nuevo presidente José Jerí enfrenta el desafío de recuperar la estabilidad y restablecer la confianza en las instituciones, en un país donde la legitimidad política ha quedado fuertemente erosionada.

La salida de Dina Boluarte marca un nuevo capítulo en la historia política reciente de Perú, que continúa lidiando con tensiones sociales, crisis económica y un desgaste profundo en la relación entre Ejecutivo y Legislativo.

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